El pasado 20 de noviembre se
cumplieron tres años de victoria. Toda la cúpula del PP celebrara desde su balcón
en Génova la mayoría absoluta ganada en las elecciones. 186 escaños. Lo que
supuso el mejor dato de la historia del partido popular.
Muchas cosas han cambiado desde esa
mayoría aplastante. Me pregunto qué habrá pasado para que el número de votos
que le apoyaban haya bajado, respecto al 2011, del 44.6% al 27.5%.
Pues bien, quizá haya influido en la
pérdida de confianza las promesas incumplidas. Rajoy nos aseguró que cuando
gobernara bajaría el paro. Según datos de la EPA, antes de la llegada a la Moncloa
del PP, el paro era de 4.978.000 personas, tres años después esa cifra no sólo
no ha bajado sino que ha aumentado a 5.427.000 personas.
El presidente también prometió devolvernos
el estado del bienestar que según el habíamos perdido con los gobiernos
socialistas. Sin embargo, el gobierno, sólo el primer año, en 2012, recortó 10
mil millones de euros en sanidad y educación, mientras los bancos recibían
entorno a 50 mil millones de euros en ayudas para apaliar sus fechorías.
Este ‘tijeretazo’ se une a la de la
dependencia, que entre 2011 y 2013 sufrió un recorte del 23%. Ajustes cuando la
población sufre unos cambios dramáticos. Y es que según Caritas el 25% de la población
española vive en situación de exclusión, más de 11 millones de personas. Además,
nuestro país es el segundo de la Unión Europea con la tasa más alta de pobreza
infantil, sólo por detrás de Rumanía.
Se suma además que debido a la situación
en la que vivimos, donde los ciudadanos salimos a protestar a la calle, el
consejo de ministros ha dado luz verde a la ley de seguridad ciudadana que
limita el derecho de manifestación y libertad de expresión e impone multas de
hasta 600 mil euros por infracciones graves y hasta mil euros por las leves.
Puede también que haya ayudado a la
pérdida de confianza todos los casos de corrupción en los que se han visto
implicados el PP. Gurtel, Burgal, caso púnica, tarjetas ‘black’, Bárcenas… esos
papeles en los que aparecía hasta el nombre del presidente como presunto
destinatario de sobre sueldos.
Prometer, por ejemplo, en 2012 dar
la cara ante cualquier problema. Y tres años después ver como los periodistas
han de arrodillarse para grabar una tele de plasma en la que sale Rajoy
haciendo una conferencia en la habitación de al lado. O no pronunciarse
respecto a ningún caso de corrupción en concreto o no nombrar a las personas
implicadas. Así como no ayudar a la justicia a hacer su trabajo.
Y la lista podría ir agrandándose pero
seria demasiado dramático para hacerse en solo una lectura… sí, este es el
gobierno que han querido tner y al que le han dado mayoría absoluta. Alguien que
ha hecho todo lo contrario a lo que decía. Y que según comentan las encuestas seguirían
gobernando en las próximas elecciones. Nos estafan, mienten y roban y aún así
les seguiríais votando. Muchas veces he dicho, y lo pienso, que tenemos un
grave problema con la política de nuestro país, pero tras varios años, me estoy
empezando a replantear esa idea. Y es que estoy empezando a creer que el
problema no lo tiene nuestra política sino nuestros habitantes que votan. Que al
fin y al cabo, los que están, son el fiel reflejo de la sociedad que les ha
votado.
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